EL RELATO DE ELISA
Los relatos más antiguos sobre la
fundación de Cartago nos sugieren que la ciudad fue fundada por la princesa de
origen tirio Elisa, que se había visto obligada a abandonar su propia patria
debido a la persecución de la que era objeto por parte de su hermano. Su
hermano había asesinado a su esposo, de nombre Sicarbas, el cual era un
sacerdote de Heracles. ¿El motivo del asesinato? Un tesoro.
Como es de esperar, la “guerra”
entre hermanos trajo consigo el origen de bandos partidarios, un pequeño grupo
de estos acompañó a Elisa en su exilio. La primera escala les llevó hasta
Chipre, donde raptaron a un grupo de doncellas para que sirvieran de esposas y
seguidamente continuaron el viaje. Tras un largo periplo llegaron hasta el
Golfo de Túnez, donde fondearon sus naves, y desembarcaron en la ciudad de
Útica. La ciudad era perfecta, buena situación geográfica, flanqueada por los
cabos Bon y Blanco, era una profunda ensenada. El lugar se podía vigilar a la
perfección, y además tenía buenas vistas del paso entre las dos cuencas del
Mediterráneo. El control de la zona suroeste de la isla permitía dominar el
acceso al Mediterráneo occidental y de ahí la constante disputa que mantuvieron
con las ciudades comerciales griegas.
Los recién llegados toparon con la
hostilidad de las poblaciones locales, como es lógico, y la tradición dice que
en estas regiones estaba prohibido a los extranjeros comprar terrenos cuya
extensión fuera superior a la que podía cubrir una piel de buey. Para esta
historia, Elisa elabora un plan o estratagema para librarse de tal imposición
y, haciendo tiras muy finas la piel del buey y uniéndolas entre sí, logró
rodear una superficie lo suficientemente grande como para que en su interior se
pudiera construir una ciudad. Dicha ciudad tuvo dos intentos de fundación, en
el primero encontraron una cabeza de buey y decidieron que ese no era el lugar
apropiado. En el segundo intento fue una cabeza de caballo la que se
encontraron, esto les sugirió un buen augurio. El lugar elegido era la colina
de Byrsa, y recibió el nombre de Qart Hadasht (capital nueva).
El relato de Elisa sigue avanzando
en el tiempo, los primeros tiempos fueron indudablemente difíciles y marcados
por los enfrentamientos belicosos con las poblaciones locales. Entra en escena
el rey de los bereberes, Hiarbas, quien seducido por la belleza e inteligencia
de Elisa quiso hacerla su esposa y le comunicó que si no aceptaba sus deseos
exterminaría a todo los cartagineses. Elisa, que aún amaba a su primer esposo,
decide que debe evitar una dura prueba a su joven patria. Debía de intentar
salvar a su ciudad pero sin caer en manos del rey berebér. ¿Qué hizo? Pues optó
por suicidarse arrojándose al fuego.
Este acto considerado heroico por su
pueblo la convirtió en diosa, una diosa prolifera en los escritos poéticos y
literarios, escritores y artistas se fijaban en ella como ejemplo de
inspiración. Virgilio fue uno de esos literatos, pero en el caso de este
escritor, Eneas sería el causante del suicidio de la joven reina, pues éste la
abandonó y Elisa no pudo soportar tal destino.
Por JESÚS CAMPOS MÁRQUEZ
Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla
Comentarios
Publicar un comentario