EL ARÚSPICE FARSANTE
La certeza de ser arúspice es totalmente nula, es
imposible de concebir algo que es demasiado esfuerzo para la mente humana. La mente
es la clave de todo, las sensaciones, las emociones, los recelos y los
prejuicios son indicadores que cambiar el curso del presente y del futuro más
inmediato.
Es difícil de concretar el acto de la adivinación, es
imposible de explicar incluso en la ciencia ficción.
Alguien que se considere
adivinador u oráculo, tiene que tener claro que no se puede tener certeza del
futuro, las emociones juegan un papel primordial aquí, ya que con tan solo ver
a alguien te despierta sensaciones y pensamientos que dan unas expectativas y
unas definiciones variadas. Por ello es difícil prever el futuro de tal
persona, ya que si no podemos controlar las emociones propias, como controlar
las emociones externas de alguien. No podemos controlar las reacciones y
expectativas de alguien por las buenas. Esto hace imposible prever nada, y
menos el futuro más lejano.
El empirismo es parte fundamental de esto, esas
sensaciones que advierten competencias ajenas nos ayudan para, más o menos,
conocer las posibles vías a seguir por alguien, pero no con certeza absoluta,
sino con probabilidades. El empirismo nos ayuda, por tanto, sin conocer nada o
nadie es imposible adivinar, se necesita del conocimiento previo para
compatibilizar una premonición. Es necesario una norma de verdad para la
aventura de desempeñar una actividad de adivinación, sin esa gota de
experiencia critica es imposible.
Es imposible en la vida real y también en la ciencia ficción,
pues los oráculos de tal universo ficticio son personalidades que necesitan de
datos externos para abarcar todas las posibilidades posibles y aventurarse a
escoger una. Todo ello implica conocimientos previos y empíricos.
Todos estamos conectados y formamos parte de la
naturaleza misma, lo racionalmente natural es todo aquello que forma parte de
la naturaleza. ¿Somos naturales? ¿Somos antinaturales y podemos tener la dote
de premonición? Es determinismo y empirismo, determinismo porque la causalidad
es la madre de la premonición mediante sucesos determinados por la causa y
consecuencia. Por ello la precognición es una habilidad ya natural en el ser
humano, viene innata por la situación que atraviesa el hombre en la naturaleza.
La capacidad de premonición es solo una habilidad, más o menos desarrollada,
que se obtiene y se perfecciona mediante información ya adquirida con
anterioridad.
Todo lo natural que sufre cambios lo es porque forma parte de la
naturaleza misma, por tanto los cambios futuros son predecibles en función de
los parámetros actuales. En definitiva, es un determinismo biológico de manual.
En conclusión, todo es determinado por la propia
naturaleza humana, no es una habilidad especial, es solo una percepción lógica del
pensamiento humano, donde la precognición es el beneficio de la atención determinista
y empirista.
Por JESÚS CAMPOS MÁRQUEZ
Estudiante de Historia en la Universidad de Sevilla
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