GUSTAV WAGNER: EL TERROR DE SOBIBOR
(18 de Julio
1911 en Viena, Octubre de 1980 en Itabia, Brasil). Fue comandante jefe en el
campo de exterminio nazi de Sobibor, situado a las afueras del pueblo de
Sobibor, Polonia.
Sargento de
los más brutales de las SS, apodado la “bestia” por los propios reclusos del
complejo, debido a que cuando aparecía siempre moría alguien. Era considerado
un sádico, una de las imágenes que jamás pudo borrar de su cabeza Thomas Blatt,
prisionero en Sobibor, fue la de Wagner matando a un padre y un hijo de un solo
tiro, les obligó a juntar las cabezas. En total se calcula que este individuo
mató a cerca de 200.000 personas. Junto con Karl August Wilhelm Frenzel,
miembro del NSDAP, elegían a los prisioneros que tenían que trabajar dentro o
fuera del campamento en los transportes entrantes a tal complejo.
Antes de ser
trasladado a Sobibor, estuvo trabajando en diversos centros de eutanasia, una
de ellas era la situada en Hadamar, desde 1941. Entre enero y septiembre de ese
año, unas 10.000 personas incapacitadas mental y físicamente había fueron
gaseadas bajo los auspicios de la Operación T4. Esta operación de asesinato fue
temporalmente detenida en Septiembre de 1941. Restablecida el verano
siguiente, el personal médico de Hadamar empezó otra vez a asesinar pacientes
incapacitados. Desde 1942 hasta el fin de la guerra en Mayo de 1945, la
instalación se cobró 4.400 victimas adicionales por sobredosis letales de
medicación.
Hay unas
curiosas palabras escritas por unos presos llegados a Sobibor, van ligadas a la
figura de Gustav Wagner, esas palabras son recogidas por Thomas Blatt, que
cuando era un niño trabajaba en el campo de exterminio; trabajaba limpiando las
botas de los miembros de las SS, rapar a las mujeres presas allí,
las cuales se encontraban desnudas antes de ser conducidas a las cámaras de
gas, también quemaba los documentos que los presos dejaban, esas palabras a las
que me refiero son las encontradas por Blatt llevando a cabo esta ultima tarea,
y las cuales van dirigidas a Wagner, quien se hizo famoso por ser un sádico son
escrúpulos:
"Estamos montando en el tren. Los alemanes dijeron que estaría haciendo el mismo trabajo que hicimos en Belzec. Tengo miedo. Nos ordenó que trajera vino, ginebra y otras cosas. El tren se ha detenido. Hemos llegado a nuestro destino. He oído disparos. Puedo decir que las cosas no están bien. No vamos a ser derrotados, no vamos a ser derrotados."
Estos que
escribieron dichas palabras fueron los que obligaron Wagner a desenterrar los cadáveres
y quemarlos para borrar toda prueba del
asesinato en masa.
Otros
prisioneros en Sobibor, también dejaron notas en la ropa de las víctimas de
Belzec. Uno de ellos terminó de esta manera:
"Estamos en Sobibor y sabemos lo que nos espera. Entender que después de nosotros la muerte también te espera ¡La venganza de nosotros!"
14 de
octubre de 1943, se sublevan los prisioneros de dicho campo de exterminio. Todo
fue planeado por un comité de metro, y con la llegada al campo de prisioneros
de Kiev, el plan gano impulso. Entre los prisioneros de la Unión Soviética
también había judíos prisioneros del Ejercito Rojo, y los miembros del comité
de tierra, que carecían de entrenamiento militar, pusieron sus esperanzas en
ellos. Uno de los soldados soviéticos, Alexander Petsjerski tomó el control y
desarrolló un plan audaz en un breve periodo de tiempo. Había que asesinar al
mayor número de soldados de las SS, y luego los presos se escaparían en masa.
Todo se llevó a cabo tres semanas después de la llegada de los prisioneros de
guerra soviéticos.
En relación
a Gustav Wagner, estuvo ausente durante el levantamiento, que ayudó a
desmantelar el campamento, entre otras cosas mediante la ejecución del
Arbeitsjuden de Treblinka, que derribó el cuartel. Después de la guerra huyó a
Brasil, bajo el supuesto nombre de Günther Mendel. En mayo de 1978 fue
localizado por Simon Wiesenthal, considerado uno de los mejores cazadores de
nazis del mundo, Wagner fue identificado en una estación de policía en Sao
Paulo por Stanislaw Szmajzner, quien sobrevivió a Sobibor.
Gustav
Wagner se suicidó en Octubre de 1980, en circunstancias hasta ahora sin
esclarecer.
"Yo no tenía sentimientos... Esto sólo se convirtió en otro trabajo. Por la tarde nunca hablábamos de nuestro trabajo, pues sólo bebíamos y jugábamos a las cartas".
Gustav Wagner, 1979.
Por JESÚS
CAMPOS MÁRQUEZ
Estudiante
de Historia en la Universidad de Sevilla
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