LOS CUATRO ORÁCULOS NATURALES: ASTROLOGÍA MESOPOTÁMICA

En sus orígenes, debía de
contentarse con las simples observaciones superficiales, observaciones de
tipología meteorológica. Se limitaba entonces a registrar los vientos, el calor
de los planetas, los halos, etc. A medida que la astronomía se independizaba,
para convertirse ella misma en una ciencia, la astrología recibía sus
resultados; aprendió a considerar el signo que presidia durante el nacimiento
del consultante, las casas a alas que ligaba los planetas y demás. Todo esto se
fue adquiriendo lentamente, fue un proceso de captación de información y de
perfeccionamiento muy paulatino. Los diversos horóscopos conocidos han
resultado de interpretación difícil y poco satisfactoria la verdad.
El más
importante recuento astrológico lo constituye el Enuma Anu Ennil, que
agrupa los presagios en cuatro capítulos: el primer, la luna; el segundo es el
sol; el tercero se corresponde con las plantas-estrellas; y el cuarto es la meteorología.
Si se tiene en cuenta que cada
fenómeno es estudiado por cada día de trece meses lunares, se halla la suma que
constituye tal documentación.
Estos estudios eran efectuados en la
cima de los zigurats, siempre lo suficientemente elevados como para sobresalir
de la nube de polvo que subía del suelo; los astrólogos quedaban a su
cuidado consignaban en sus informes los
fenómenos registrados. Los presagios eran ante todo meteorológicos, los que
pertenecían al dominio de la ciencia por así decirlo; y después estaban los que
tenían base en los oráculos.
Frente a estos presagios, los
mesopotámicos elaboraron una especie de manual para la vida cotidiana que constituye un antídoto ante los presagios
de malos augurios. Hay varios ejemplos de ello como que la salida fuera del
palacio estaba prohibida en algunos días; el rey seria víctima de un sortilegio
o, peor todavía sería asesinado. Otras prescripciones serian por ejemplo, nada
de viajes en carro en ciertos días, nada de promulgar edictos, y muchas prohibiciones
para evitar el mal. Es lógico que este manual de la “vida” fuera un éxito entre
la población mesopotámica, pues era un pueblo muy preocupado por las diversas
emboscadas del demonio.
Por JESÚS CAMPOS MÁRQUEZ
Graduado en Historia
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