TULIA Y TARQUINIO: LA ARPIA ETRUSCA
El reinado de Servio Tulio, rey etrusco en Roma, estaba
destinado desde sus orígenes a terminar trágicamente.
Con objeto de protegerse contra cualquier posible
venganza de los dos hijos de Tarquinio el Antiguo, el rey les había dado a sus
dos propias hijas en matrimonio. Una de ellas, Tulia, que arde en deseos de ser
la reina, incita sin ningún descanso a su marido, Lucio Tarquinio, a
desembarazarse de Servio Tulio, su propio padre, al que trata de usurpador.
“¿A qué esperas? Dice Tulia a su esposo.
Tú no llegas ni de Corinto ni de Caere, como tu padre, para conquistar un trono
extranjero. Tus dioses penates, los de tu patria, el recuerdo de tu padre, el
palacio real, el trono que hay en él, tu nombre de Tarquinio, todo te reclama y
te proclama rey. Si no te sientes con valor suficiente, ¿por qué engañar las
esperanzas de la ciudad?¿Por qué tomar la apariencia de un hijo de rey?”
Continuamente azuzado por Tulia contra su suegro,
Lucio Tarquinio, a su vez ardiente, ambicioso y sin escrúpulos, pasa a la
acción.
Al no osar manchar sus propias manos con el crimen,
encarga a algunos mercenarios que asesinen al rey, a cambio de un fuerte
recompensa. Luego él se proclamaría rey. Este era su plan maestro, mercenarios
y él en la retaguardia.
La leyenda registra una anécdota particularmente
cruel sobre la muerte de Servio Tulio. Su cadáver abandonado por sus asesinos,
yace en el camino hacia palacio cuando el carro de Tulia, su hija, acierta a
pasar por allí. Al descubrir el cuerpo, el conductor detiene a los caballos,
pero Tulia se mostraba impasible y fría, y ordena que continúe. Las ruedas
despedazan el cadáver del rey, Tulia entra en su casa salpicada en la cara y en
sus ropajes por la sangre de su padre asesinado.
A pesar de esto, el reinado de Lucio Tarquinio
comenzó con estas circunstancias tan macabras. El rey prosigue en la tiranía y
el terror como marcas propias de su comportamiento real. Por su actitud
altanera y arrogante, el nuevo rey no tarda en verse atribuido el sobrenombre
de Tarquinio el Soberbio.
Tarquinio impone en Roma un poder personal y
absoluto. En los asuntos exteriores, el consejo privado del monarca o el propio
rey deciden sobre la paz y la guerra a su antojo, al igual que sobre los
tratados y las alianzas. El mismo sistema impera en el dominio interior. Según
historiadores del momento, Roma jamás vivió a un déspota semejante, palabras de
Tito Livio:
“Llegado al poder por medio del crimen,
Tarquinio el Soberbio, que no contaba con ganarse el afecto de los ciudadanos,
estaba obligado a mantenerse por el terror. Para hacerlo general, él solo se
pronunciaba en todos los procesos criminales. Era el medio de condenar a
muerte, desterrar y privar de su fortuna no solamente a sus enemigos, sino
también a aquellos cuyas riquezas codiciaba”.
Tarquinio será el último rey de Roma
de origen etrusco, y su imagen como tirano cruel, un hombre sin escrúpulos y
ambicioso, creo que podemos atribuírsela a su esposa. Tulia es la creadora de
este hombre tan mezquino y tiránico.
Por JESÚS CAMPOS MÁRQUEZ
Estudiante de Historia en la Universidad de Sevilla
Comentarios
Publicar un comentario