EL ENIGMA DEL BARCO FANTASMA
5 de diciembre de 1872, al este de
las Azores se divisa un barco a la deriva, un barco que parece abandonado. Se
trata del Mary Celeste, que había zarpado desde Nueva York hacía 7 de noviembre
de ese mismo año, se dirigía a Génova. La historia de este barco es un enigma histórico
aún sin resolver. Esta es la historia del verdadero barco fantasma.
A la cabeza de la tripulación estaba
el capitán Benjamín S. Briggs, y junto a él viajaban su esposa, Sarah, y su
hija, Sophia, de dos años, acompañados de siete marineros más. La historia del
abandono de este barco es desconocida, pues no hay signos de violencia o lucha,
no había cuerpos en él, ni rastro del bote salvavidas, ni tampoco se hallaba la
bitácora. Las pertenencias de todos los tripulantes permanecían en sus cuartos,
como si algo terrible hubiera pasado, no había desorden ni destrucción, todo
estaba tal cual debía estar. Desolación y soledad es el ambiente que se
encuentra David Morehouse, capitán del Dei Gratia, el bergantín que
encontró el barco fantasma. Tres pies de agua inundaban el fondo del buque. La
mercancía que transportaba el Mary Celeste era alcohol, en total un cargamento
de 1701 barriles, los cuales estaban intactos. El suministro de comida y agua que
quedaba era para unos siete meses, pero ninguna persona allí para consumirlo.
¿Qué pasó con esas diez personas? No
tenemos datos concretos del suceso, solo una montaña de especulaciones, algunas
posibles y otras muy improbables. Las teorías son varias, algunas hablan de un
motín de piratas, otras de un monstruo marino, o incluso asesinos. Resulta
increíble hasta donde llega la imaginación humana con tal de darle sentido a un
hecho, no importa cuál sea la respuesta mientras que quede explicado.
Los últimos estudios nos presentan
una de las teoría más probables. El barco salió de Nueva York el 7 de noviembre
de 1872, se trataba de un barco grande, de unas 300 toneladas. Desde el
comienzo su viaje fue costoso, se tuvo que enfrentar al mal tiempo y al mar picado
durante unas dos semanas, todo por llegar a salvo a las Azores. El barco que
encontró a la deriva al Mary Celeste, el Dei Gratia, un bergantín
británico, llegó a Gibraltar y en un tribunal de almirantazgo británico se
decidió convocar una audiencia de rescate. Todo esto tenía un único fin, un fin
materialista ya que, el Dei Gratia solo buscaba el beneplácito para
quedarse con los derechos de pago de las aseguradoras del Mary Celeste. Todo
por haberlo encontrado primero.
Esto no se podía proceder sin antes
hacer una investigación de los hechos. Hubo investigadores de la fiscalía que
sospechaban del propio Dei Gratia como autor de los hechos, todo para
cobrar el seguro, el cual serian unos 47000 dólares.
En definitiva, a día de hoy sigue
sin saberse a ciencia cierta el motivo de porque la desaparición de esta
tripulación y el abandono del barco. La última teoría que se baraja es que fue
una evacuación ordenada por el capitán, éste sospechaba que había una fuga de
gases emitidos por los barriles de alcohol.
Por JESÚS CAMPOS MÁRQUEZ
Estudiante de Historia en la Universidad de Sevilla
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