CSI MOZART: LA ENVIDIA MUSICAL PRODUCE MONSTRUOS
Esta historia comienza en la Viena del siglo XVIII,
donde un personaje conocido como Antonio Salieri se convertirá en el enemigo
número uno del Romanticismo, todo debido a su problemática relación y posible
implicación en el asesinato de uno de los genios más grandes de todos los
tiempos: Wolfgang Amadeus Mozart.
Salieri fue un compositor de gran renombre,
reconocido en todos los escenarios vieneses por sus obras, escribía composiciones
cargadas de emociones y actos innovadores. Se inició en el mundo de la opera cómica
cuando debutaba en la corte Austriaca, más adelante quiso experimentar más con
su ingenio, abarcar otros campos, todo lo que su mente pudiera expandirse. Con
ello, en 1771 comenzó a escribir opera seria con su obra Armida. A lo largo de los siguientes años viajó por Europa,
estrenando sus composiciones por lugares tan llamativos como Paris, Venecia o
Roma. Cabe decir que su éxito fue arrollador, el joven músico que escapó de
Venecia, en 1766, para ser un gran compositor lo había conseguido. Sabiendo todo
esto, pongámonos en situación. Salieri era un compositor de fama mundial, un
verdadero genio, y no es de extrañar que siendo como era pues su ego creciera a
la par que su fama.
Aparece en escena un joven compositor, Mozart, el
mismo personaje que hará sombra a la carrera de Salieri, y por supuesto, eso no
quedaría así. La leyenda romántica de la muerte de Mozart esboza el perfil del
asesino, el propio Salieri como venganza por haber llegado su ocaso demasiado
pronto.
¿Por qué se piensa que Mozart pudo ser envenenado
por Salieri?
El principal motivo incitador de esta teoría es que
el propio Mozart creía que había sido envenenado, incluso llegó a confesárselo
a su mujer Constanze, pero claro, ella lo interpretó como los delirios de un
moribundo. En una ocasión incluso llegó a acusar directamente a Salieri de
querer atentar contra su vida. Otro de los hechos que esclarecen la idea del
asesinato es que el cadáver del compositor se hinchó, algo insólito, la voz
popular se hizo eco de ello y promulgó la teoría del envenenamiento. Otro de los
indicios que parece revelador es que siendo un anciano, Salieri confesó en
repetidas ocasiones ser el asesino del genio austríaco. Pero debemos entender
que en esos momentos, Salieri padecía demencia senil, así que es muy complejo
el aceptar sus palabras como una confesión racional, incluso a causa de su
enfermedad se intentó suicidar a los pocos días de haber hecho una de esas
confesiones.
Todos estos indicios unidos al hecho de existir una
manifiesta rivalidad entre Mozart y Salieri convirtieron a éste en el
sospechoso principal. Estas rivalidades entre ambos protagonistas se observaron
en varios ámbitos, como por ejemplo cuando Salieri fue el escogido por el
emperador José II como el Kapellmeister de la corte, obteniendo de forma
automática el favor y el beneplácito de la aristocracia. Un poder muy
importante, ya que con ello la facilidad para estrenar sus obras era pasmosa.
Otro de los actos que provocaron la contienda fue el que escenifica a Salieri
como el elegido para ser el profesor de música de la princesa, quedando Mozart
excluido y humillado ante tal deshonor. También ha quedado para la historia un
hecho curioso, fue el protagonizado por el padre de Mozart, quien tras una mala
crítica a la opera de su hijo Las Bodas
de Fígaro, se empecinó en culpar a Salieri y sus seguidores de haber
propiciado tal fracaso. Incitando a creer en una teoría de conspiraciones.
Como podemos ver, el juego de egos es el principal
aliciente para las batallas entre ambos personajes.
Tras estas rivalidades y ante la negativa de las
cúpulas altas de la sociedad, Mozart comenzó a destacar por su cuenta,
desarrollando un trabajo que lo catapultó a la fama y llegando a ser
considerado el músico más grande de Europa. Se podría decir que fue un hombre
hecho a sí mismo, y todo tras las negativas y los obstáculos que se le
impusieron desde su niñez. Fue un niño prodigio, pero no alcanzó la fama que se
merecía hasta más tarde cuando en 1770 el Papa Clemente XIV le otorgaba la
Orden de la Espuela de Oro con el título de caballero, la Academia de Bolonia
le distinguió con el título de compositore
y los milaneses acompañan su primera ópera seria, Mitrídates, rey del Ponto, la cual fue un éxito arrollador. Desde
ese momento Mozart solo escuchaba estas palabras: “¡Viva il maestrino!”
¿Es suficiente esto para acusar a Salieri de
asesinato? No lo parece, además el cuerpo de Mozart fue enterrado en una fosa
común debido a la situación económica desfavorable de su familia, y con ello el
poder observar sus restos en busca de pruebas resulta difícil. A pesar de los
indicios de conspiración para culpar a Salieri, los expertos llegan a la
conclusión de que Mozart murió a causa de una enfermedad, particularmente unas
fiebres reumáticas debido a una infección. Sus contemporáneos nos narran la
enfermedad: sufrió fiebres altas, dolores de cabezas constantes, demasiadas
erupciones cutáneas, hinchazón del cuerpo, no sufrió delirios de ninguna clase,
pero si un feroz mal humor. Todo ello vino seguido de vómitos y diarreas.
Tras tanto sufrimiento, el compositor entró en un
coma profundo precedido de delirios, y finalmente murió en la madrugada del 5
de diciembre de 1791. En conclusión, queda abierta la veda para la composición
de teorías varias sobre una conspiración de asesinato o no.
Por JESÚS CAMPOS MÁRQUEZ
Estudiante de Historia en la Universidad de Sevilla
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