ABUSA DE TU IMAGINACION: TANQUE ALADO A-40

En 1942 se construyó un prototipo del tanque alado, increíblemente llegó a volar. Pero como manda la lógica, soslayar el problema básico era el problema en sí; el gran peso de un tanque hacia extremadamente difícil su habilitación para el vuelo.
Para contrarrestar el problema, se eliminó gran parte de la munición y la coraza, y buena parte del combustible, pero claro está, si eliminamos la coraza y la potencia de fuego pues lo que debía ser un tanque en un principio ya no lo era en absoluto. La idea inicial era eliminar la potencia de fuego y la coraza y llegar planeando hasta el campo de batalla, ¿os imagináis metidos ahí dentro, sin protección que sirva de escudo ni munición para defensa?


Los primeros intentos de transportes de tanques se produjeron en los años 30 del siglo pasado, tanques en portaviones a modo de bombarderos, o incluso llevamos en helicóptero como fue el caso del T-37 A. Más adelante en el tiempo, en 1935 se pensó la idea de incorporar a un tanque unas alas, tal cual se lee, unas alas adheridas a un tanque, pero no cualquier tanque, un tanque ligero BT-2, con ello quedaba colgado bajo un planeador monoplano. Este proyecto tuvo éxito, pero no llego a construirse.


Oleg Konstantínovich Antónov (nacido el 7 de febrero de 1906 en Troitsy y falleció el  4 de abril de 1984 en Kiev), fue un brillante diseñador de aviones soviético. Este hombre propuso la idea de construir una caja de ala del biplano para un tanque ligero T-60. La caja del ala del biplano tenía 18 metros de largo y el área de 85’80 metros cuadrados, que se adjuntó al tanque por medio de nodos especiales que permitía fácilmente el aterrizaje libre.  Pero se vio que el peso del tanque no era muy ligero, se eliminó parte del combustible pero desgraciadamente se suspendió el proyecto.


En el año 1941 se iniciaron los procedimientos para la creación del tanque volador A-40, y en 1941 el primer prototipo estaba listo para ser probado en una autovía. Fue remolcado por un bombardero pesado TB-3RN. Las pruebas duraron aproximadamente dos meses, coronando a su piloto de pruebas, Serguéi Anojin, con el apodo de “comandante de una tortuga voladora”. El primer vuelo completo se llevó a cabo el 2 de septiembre, fue de tiempo muy reducido teniendo en cuenta el prototipo de arma que estaban construyendo. Después de unos minutos el TB-3RN comenzó a elevar al tanque y lo descolgó para su prueba de vuelo. El tanque tenía una longitud de unos 4 metros, y con las alas incorporadas alcanzaba unos 12 metros de largo. El ancho del A-40 era de 2 metros con 392 centímetros, con alas llegó hasta los 18 metros. La munición que llevaba a bordo constaba de una pistola TNSh de unos 20 milímetros, y también una ametralladora DT de unos 7’62 milímetros.




Las notas tomadas sobre las características en vuelo del tanque volador diseñado por Antonov fueron las siguientes:

Velocidad de Separación en el despegue fue de 115 km por hora. El tanque durante el vuelo alcanza a una velocidad de 130 km por hora, pero al mismo tiempo la velocidad de remolque no excede de 250 km por hora. La carrera de despegue resultó ser muy tenue, apenas unos 80 metros. La carga específica sobre el ala fue de 91 kg.


Tras un par de semanas de su primer vuelo, obtenidos todos los resultados y barajados los múltiples fallos de funcionalidad, se puso fin al proyecto del tanque volador.


Con ello queda bastante claro como en la guerra cualquier idea que sirva para matar al enemigo es posible, incluso cuando esa idea es imposible de realizar se intenta realizar por todos los medios. La humanidad es asombrosa, testarudez sin límites. 



Por JESÚS CAMPOS MÁRQUEZ
Estudiante de Historia en la Universidad de Sevilla

Comentarios

  1. me ha resultado fascinante, ¡ enhorabuena!

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  2. Un tanque volador suena a broma, pero en una guerra todo es posible.....muy interesante!

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